Los psicofármacos en pacientes con obesidad mórbida ayudan al control de la conducta alimentaria antes de la cirugía bariátrica
Es la principal conclusión de un estudio llevado a cabo en la UEx y cuyo objetivo fundamental es analizar y favorecer la pérdida de peso en pacientes con obesidad mórbida antes de la cirugía bariátrica
24/10/2016. La obesidad es una enfermedad crónica caracterizada por el aumento de la masa corporal y asociada a enfermedades como la diabetes, la hipertensión, los cuadros de ansiedad, la depresión así como la discriminación y la estigmatización social. Se considera que una persona padece este síndrome cuando tiene un IMC (índice de masa corporal) mayor de 40.
En todos los enfermos que padecen esa obesidad severa de grado 3 la cirugía bariátrica es el único tratamiento de elección, ya que la dieta, el cambio de estilo de vida o los fármacos pueden modificar levemente el peso pero no solucionan el problema. Además, para el correcto funcionamiento del tratamiento, es necesario la pérdida de peso previa a la intervención de los pacientes, condición que hasta ahora era bastante difícil de conseguir. Es por ello que desde la Universidad de Extremadura se ha llevado cabo un estudio en el que se ha analizado la conducta alimentaria y la pérdida de peso de pacientes con obesidad mórbida antes de la cirugía, así como el uso de los fármacos fluoxetina, topiramato o la asociación de ambos en la ayuda a esa pérdida de peso.
Para Juan Antonio Guisado Macías, profesor de la UEx y médico psiquiatra en el Hospital Infanta Cristina de Badajoz, la utilización de estos fármacos han revelado que “los pacientes tratados con fluoxetina más topiramato perdieron más peso entre los 3 y 6 meses antes de la cirugía, llegando a ser esta pérdida de un total de 7 kilos”. Además, afirma el investigador, “estos medicamentos parecen tener efectos beneficiosos en los trastornos de la alimentación que sufren estas personas con obesidad mórbida y que se reflejan en lo que denominamos trastorno por atracón, definido por la necesidad del paciente de ingerir alimentos de forma descontrolada una vez a la semana al menos durante tres meses”.
Por medio de la utilización de estos fármacos nos explica el investigador, “se regula el control de la alimentación, pues tienen una función sobre la lipasa pancreática que moviliza y frena la conducta alimentaria de estos enfermos. Guisado afirma que “es un proceso muy positivo, donde se demuestra que el tratamiento de cirugía cuando se llega a este índice corporal es el más acertado”.
El trabajo se enmarca en el seno de los estudios llevados a cabo en el Departamento de Terapéutica Médico-Quirúrgica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Extremadura.