La ordenación urbana debería tener en cuenta las preferencias acústicas de las personas
Diseñar ciudades más sostenibles pasa también por cuidar su calidad acústica
12/01/2021. Pequeños cambios en la ordenación del espacio urbano, como la elección de un tipo de fuente o la instalación de un surtidor de agua en parques y jardines pueden tener un gran efecto sobre la calidad del sonido ambiente.
Un equipo multidisciplinar de la Universidad de Extremadura, compuesto por profesores de las Facultades de Educación, Formación del Profesorado y Ciencias ha realizado una investigación para determinar las preferencias acústicas de 135 alumnos, miembros del personal de administración y servicios y profesores de la institución docente extremeña.
Según explica el profesor de la Facultad de Ciencias, Daniel Patón, los humanos seleccionamos como sonidos agradables aquellos que presentan una mayor presencia de harmónicos y entropía acústica, es decir menos predecibles o regulares. Por el contrario, determinamos como desagradables los sonidos cuya cadencia es regular y predecible. “Nuestro cerebro se relaja cuando la impredecibilidad de los sonidos naturales le impide buscar patrones cognitivos”, apunta Patón. En este sentido, sonidos como la lluvia, un torrente de montaña o el viento son de naturaleza aparentemente caótica, pero de un caos determinista, es decir con una componente fractal por estar compuesto de múltiples harmónicos, señala el investigador de la UEx.
Según las conclusiones de este estudio, los sonidos más agradables son tan complejos que nuestra mente no puede procesarlos y debido a ello no disparan la actividad mental favoreciendo el relax. Lo novedoso de la investigación es que los autores descubren que diseñar ciudades más sostenibles pasa también por cuidar su calidad acústica, no solo en términos de intensidad de ruido sino también en que los sonidos imiten en la medida de lo posible la naturaleza fractal de la biosfera.
Las preferencias acústicas son muy similares entre personas y no se ven afectadas por ningún factor de variación. Son una característica de nuestra especie, un rasgo de la biofilia o la preferencia por lo natural, subraya Patón.