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Existen diferencias acústicas entre el canto del ruiseñor urbano y el silvestre

28 de noviembre de 2014

El ruido ambiental en las ciudades es el responsable del canto diferente observado en los ruiseñores que habitan los parques y jardines urbanos

 

28/11/2014. El canto melodioso del ruiseñor ha sido figura poética y ha inspirado a numerosos artistas. Su imagen de sensibilidad e inocencia acompaña los títulos de conocidas escritores como Oscar Wilde o John Keats. Sin embargo, poco imaginaban estos artistas que el canto del ruiseñor evolucionaría de manera distinta en los parques y jardines de nuestras ciudades. Así lo afirma un estudio publicado por el profesor de Ecología de la Universidad de Extremadura, Daniel Patón, y dos de sus alumnos.

Según este experto, los más de 20 parámetros acústicos estudiados apuntan a que estamos ante dos estirpes de ruiseñor desde un punto de vista fenotípico, el ruiseñor urbano y el ruiseñor silvestre con características de canto diferentes. En la naturaleza los cantos de los ruiseñores son variables para atraer a las hembras. “Hay más frecuencias de canto y mayor variabilidad debido a la competencia entre machos. Por el contrario, los ruiseñores en las ciudades cantan más agudo, durante más tiempo y con menos llamadas territoriales agresivas. Esto puede tener consecuencias sobre la selección sexual al no establecer territorios tan marcados”, explica el investigador.

Daniel Patón avanza que estas diferencias acústicas a largo plazo pueden causar el aislamiento genético posterior de esas poblaciones, de acuerdo con el modelo matemático desarrollado en el estudio. Este comportamiento podría, incluso, desencadenar en el futuro un proceso de especiación del ruiseñor. Término en biología que se aplica cuando una población de una determinada especie da lugar a otra nueva. Algo que viene ocurriendo en la evolución de las especies desde hace millones de años.

El ambiente urbano y, más en concreto, el ruido ambiental es el responsable de que las llamadas territoriales de los ruiseñores en las ciudades sean menos eficaces y poco agresivas. La actividad humana está detrás de muchos cambios en el comportamiento de las aves. Para muchas de estas especies es atractivo colonizar los parques y jardines de las ciudades debido a la abundancia de comida, agua y la poca amenaza de depredadores naturales, a excepción del gato y la urraca. Esto plantea un escenario futuro interesante de la evolución de la ecología urbana, según Patón.

A su juicio, el hábitat de las ciudades es un excelente refugio para las aves, ayuda a preservar especies amenazadas y, seguramente, en un futuro veremos nacer subespecies de aves urbanas. Estamos escribiendo una nueva evolución de las aves, un nuevo canto del ruiseñor para los futuros poetas.