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La investigación, una carrera de fondo que exige vocación

8 de marzo de 2017

Entrevista a la investigadora Rosa Ana González Polo publicada en el número 78 de la revista Viceversa UEx Empresa

 

08/03/2017. La intensa trayectoria investigadora de la extremeña Rosa Ana González Polo, originaria de la localidad cacereña de Valdeobispo, no deja indiferente. Veterinaria y doctora por la UEx, Rosa Ana desarrolló su investigación post-doctoral, gracias a un contrato Marie Curie de la Unión Europea, en el Instituto Gustave-Roussy en París, uno de los centros que lidera en Europa la investigación contra el cáncer. Tras su reincorporación a la Universidad de Extremadura en 2005, Rosa Ana logró otros contratos de investigación en programas como Juan de la Cierva y Miguel Servet. Ahora, Rosa Ana está contratada desde 2014 con el programa de la Junta de Extremadura de Atracción y Retención de Talento Investigador.

Madre de dos hijos, Rosa Ana considera que la maternidad no debe frenar a la mujer y que lo importante es la conciliación familiar, pero no sólo de la mujer que trabaja fuera de casa. Porque como ella misma define, “la investigación es una auténtica carrera de fondo”, una carrera en la que los científicos son “examinados” continuamente y tienen que demostrar su valía profesional tanto en la obtención de publicaciones, como en la captación de fondos para poder trabajar en la línea de investigación deseada. Para Rosa Ana, la investigación exige ante todo vocación.

La investigación que lleva a cabo Rosa Ana González tiene una seña de identidad muy clara, la autofagia celular. Este proceso fisiológico es clave en la supervivencia de la célula porque elimina los residuos de proteínas mal plegadas, entre otros. La autofagia está de actualidad científica gracias al Premio Nobel de Medicina concedido en 2016 a Yoshinori Oshumi por sus descubrimientos en este campo, y su importancia es evidente en el cáncer y en patologías neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson donde la autofagia aparece alterada. Rosa Ana trabaja para conocer los secretos de este mecanismo único de limpieza y reciclaje intracelular en el grupo de investigación PARK: “Neurodegeneración, Mecanismos Moleculares y Modos de protección”, que dirige el investigador José Manuel Fuentes.

¿Qué etapa de tu trayectoria profesional consideras decisiva?

Destacaría sobre todo mi etapa postdoctoral en el extranjero, ya que tuve la suerte de trabajar en el equipo del Doctor Guido Kroemer en uno de los centros más prestigiosos en la lucha contra el cáncer, el Instituto Gustave-Roussy en París. Además, con la satisfacción añadida de haber logrado una beca tan competitiva como la Marie Curie. Me considero afortunada porque pude reincorporarme a la UEx, al Departamento de Bioquímica y Biología Molecular y Genética, en la Facultad de Enfermería y Terapia Ocupacional, con mi director de tesis, José Manuel Fuentes. El doctor Fuentes fue un gran apoyo ya que me permitió establecer una nueva línea de investigación complementaria pero independiente en el grupo, liderando mis propios proyectos de investigación. Este impulso supuso ser uno de los grupos pioneros en España en el estudio de la autofagia y su relación con la enfermedad de Parkinson.

¿Qué es lo que te atrae de la investigación en enfermedades neurodegenerativas?

El desconocimiento de la enfermedad es, sin duda, un reto para cualquier científico. Aunque se ha progresado mucho en  la investigación de la enfermedad de Parkinson, todavía quedan muchos aspectos por descubrir en este campo. Se desconoce, por ejemplo, el origen exacto de esta patología, a pesar de que sabemos que tiene una etiología multifactorial, en la que intervienen factores, tanto ambientales como genéticos. Tenemos muchas esperanzas en futuros avances porque, además, la concesión del Premio Nobel en Medicina al biólogo japonés Yoshinori Oshumi está impulsando la investigación internacional en autofagia celular, un proceso íntimamente conectado con la muerte celular y el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.

¿En qué línea de investigación estás ahora inmersa? ¿cuáles son tus objetivos a medio-largo plazo en este sentido?

Desde que regresé a la UEx en 2005 he estado muy vinculada con la investigación relativa a la autofagia celular en la enfermedad  de Parkinson. Inicialmente estudiábamos cómo algunos agentes ambientales, entre ellos determinados pesticidas, como el paraquat, alteraban  el mecanismo de la autofagia en diferentes modelos celulares. Posteriormente, gracias a mi vinculación contractual con el Instituto Carlos III y a través de las colaboraciones que nuestro grupo tiene al pertenecer al CIBERNED, hemos podido continuar los estudios con células procedentes de enfermos de Parkinson. En este sentido me gustaría agradecer al prestigioso neurólogo Adolfo López de Munain, del Hospital Universitario de Donostia,  que nos cede estas células procedentes de biopsias. Esto ha supuesto un salto cualitativo importante en nuestra investigación.  Actualmente lidero un proyecto nacional del Fondo de Investigación Sanitaria que trata de hallar dianas terapéuticas a partir de analizar cuáles son las alteraciones existentes en el sistema de reciclaje celular, es decir, la autofagia, en estos pacientes con diferentes polimorfismos.

Se trata de encontrar fármacos que corrijan la alteración en la autofagia

Hay muchos estudios clínicos basados en esta estrategia. Las enfermedades neurodegenerativas se caracterizan por una acumulación de agregados proteicos porque el mecanismo de autofagia está alterado. Si conseguimos fármacos que activen esas rutas alteradas podremos liberarnos de esos agregados que son tóxicos para las células.

En estos momentos estamos trabajando con fibroblastos de los pacientes, y nuestro siguiente paso es comenzar a investigar con células pluripotentes, procedentes de estos fibroblastos que porten las mutaciones que nos interesan. Aunque ya se está trabajando con células madre en el Parkinson, fundamentalmente en tratamientos regenerativos de la enfermedad, nuestro laboratorio lo que busca es aproximar o diferenciar estas células pluripotentes inducibles a células dopaminérgicas, que son las neuronas afectadas por la enfermedad.

¿Siempre has soñado con ser científica? ¿Quién o quienes te han inspirado en tu carrera?

Sí, aunque de pequeña quería ser maestra, desde el instituto tuve siempre muy claro que las ciencias me atraían mucho, sobre todo el “cacharreo” del laboratorio. Al finalizar el primer ciclo de Veterinaria, me incorporé al Departamento de Bioquímica donde he desarrollado mi carrera investigadora. He tenido la suerte de conocer muy buenos científicos en mi trabajo, desde Germán Soler Grau, catedrático ya jubilado del departamento donde comencé y que me ayudó inicialmente, hasta el José Manuel Fuentes del que admiro su tenacidad para obtener todo cuanto se propone y conseguir que un grupo modesto de investigación en Extremadura, como es el grupo PARK, se encuentre en los foros más prestigiosos nacionales e internacionales en el campo de las enfermedades neurodegenerativas y de autofagia. Por otra parte, me impresionó la capacidad de liderazgo del doctor Kroemer, un investigador que tiene un don especial, además de dedicación absoluta a la profesión, autor de más de 1.000 artículos científicos. Como mujer qué duda cabe que nuestro referente en la ciencia es Marie Curie y, por supuesto, más contemporáneo, Margarita Salas.

¿Cuál sería tu deseo científico para 2017?

A largo plazo, mi deseo va encaminado a lograr resultados positivos con los ensayos clínicos que se están llevando a cabo en el campo de las enfermedades neurodegenerativas, pero a título personal, y también por continuidad de las líneas de investigación abiertas, desearía que se hiciera realidad el compromiso de consolidación laboral para los investigadores beneficiarios del programa de Atracción y Retención de Talento Investigador en Extremadura.

¿Te ha sido difícil como mujer alcanzar tus metas profesionales?

No estoy a favor de la discriminación positiva porque creo que a la larga perjudica a las mujeres. Yo quiero que se me valore por mi trayectoria e investigación independientemente de que sea mujer. En mi carrera no he sentido discriminación, aunque sí es verdad que queda camino por recorrer para que la mujer alcance los escalafones más altos en la investigación. Creo que lo importante es promover programas de conciliación familiar en los que la maternidad y/o la paternidad no supongan un freno, si no una motivación.

Has obtenido contratos en prestigiosos programas de investigación. ¿Qué es lo que más se valora? ¿qué consejos le darías a los jóvenes a la hora de iniciar su carrera investigadora?

En etapa de formación predoctoral lo que prima es la nota del expediente académico. Una vez transcurrida esa etapa, lo que cuenta es el número y calidad de tus publicaciones científicas en revistas con índice de impacto. La investigación es una carrera de fondo con muchos obstáculos antes de llegar a la estabilización. Estás sometido a continuo examen, hay que competir para conseguir contratos y captar fondos que te permitan trabajar en lo que quieres. Te tiene que gustar mucho y no darte por vencido ante las primeras frustraciones. En mi opinión, investigar deber ser completamente vocacional.

¿Qué opinión te merece la divulgación científica en las universidades? ¿Crees que se debería mejorar la comunicación de la ciencia en los medios?

La divulgación es esencial y muy necesaria. Desde el momento en que estamos trabajando con fondos públicos, la sociedad debe saber en qué nos gastamos el dinero. La investigación está al servicio del bienestar social y hay que concienciar a la gente de que la base para el desarrollo de un país es invertir en investigación. Para ello, hay que acercar la investigación a la sociedad a través de la divulgación. En cuanto a los medios de comunicación, pienso que a veces tienden a ser un poco sensacionalistas. Alguna vez he leído en relación con noticias nuestras “la cura del Parkinson”, y los científicos no queremos transmitir falsas expectativas, aunque comprendemos que el periodista tiene que escribir un titular atractivo, pero entendemos que respetando la veracidad de la información y la realidad actual.