Un curso de verano/otoño visibiliza el potencial de las mujeres en la sostenibilidad, sobre todo del mundo rural

- El Curso Internacional de Verano/Otoño de la Universidad de Extremadura “Mujer, ruralidad y Objetivos de Desarrollo Sostenible” está dirigido por los profesores Felipe Leco Berrocal y Ana Beatriz Mateos Rodríguez
- Se ha impartido del 23 al 25 de septiembre en la Escuela Virtual Internacional de CAVILA (Campus Virtual Latinoamericano)
25/09/2025. Promover la igualdad de género para el desarrollo sostenible, visibilizando el potencial de las mujeres en el marco de la sostenibilidad, especialmente en el mundo rural, es uno de los objetivos que se ha propuesto el Curso Internacional de Verano/Otoño de la Universidad de Extremadura “Mujer, ruralidad y Objetivos de Desarrollo Sostenible” que dirigen los profesores de la Facultad de Filosofía y Letras Felipe Leco Berrocal y Ana Beatriz Mateos Rodríguez. Se ha impartido online del 23 al 25 de septiembre en la Escuela Virtual Internacional de CAVILA (Campus Virtual Latinoamericano).
A través de cuatro ponencias se han analizado las desigualdades de género en los ámbitos sociales, económicos, culturales y políticos, ante la necesidad de poner de relieve que la desigualdad de género es perjudicial para el desarrollo sostenible. Felipe Leco, profesor de Geografía Humana, impartió la primera ponencia titulada Igualdad de género y desarrollo sostenible, “pretendemos visibilizar el papel de la mujer, fundamentalmente en el mundo rural y sobre todo ver desde una perspectiva analítica qué papel juega en la actualidad”. “La actual decadencia demográfica de los espacios rurales con despoblación, envejecimiento e incluso quiebra del crecimiento natural y, por supuesto, la tasa de masculinización existente hace que la presencia de la mujer en el medio rural sea indiscutiblemente, no necesaria, sino fundamental para que el mundo rural sea vivo y vivido”, subraya Leco.
Para cuantificar desde un punto de vista analítico cuáles son las desigualdades de género en el ámbito social, económico, cultural e incluso político, fundamentalmente en los territorios rurales, Ana Beatriz Mateos, profesora de Geografía Física, abordó en la segunda ponencia Las desigualdades asociadas a la perspectiva del género. Según la ONU, existe una importante brecha salarial de género: las mujeres cobran un 20% menos que los hombres. A nivel global, solamente un 25-26% de la representación parlamentaria en el mundo está ocupada por mujeres.
La profesora de Geografía Humana de la UEx, Rocío Blas Morato, se centró en la tercera ponencia Mujer y universidad en las diferencias que también continúan en el mundo académico. En la actualidad, en España, aproximadamente hay un 27% de catedráticas frente al 73% de catedráticos. En los organismos públicos de investigación, la relación proporcional de investigadores frente a investigadoras es la misma, con lo cual existe un techo de cristal para que las mujeres puedan acceder en la universidad a los puestos más relevantes y altos en la carrera investigadora. En el ámbito de las Ciencias Sociales y en Humanidades se estima que tardará en equiparse 15 años, y en el área de Ciencias, si se continúa con el ritmo actual de crecimiento, unos 50 años.
La cuarta y última ponencia Mujer y desarrollo rural en Extremadura la ofreció María Miranda García, técnica de Desarrollo Rural de FEDESIBA (Federación para el Desarrollo de Sierra Grande-Tierra de Barros). La labor de la mujer en las zonas rurales es ingente, pero sin embargo goza de poco reconocimiento y visibilidad. Su trabajo es indispensable para su mantenimiento, sobre todo desde el punto de vista demográfico, porque aspectos como el envejecimiento, el aumento de la tasa de masculinización, la quiebra del crecimiento natural y la falta de oportunidades provocan el éxodo rural femenino. Las consecuencias son difíciles de prever.
Aunque diferentes normas y políticas promueven la igualdad de género dentro de la sostenibilidad, el ritmo de crecimiento para la equiparación de derechos y obligaciones es más lento de lo que en principio puede parecer. Desde cualquier perspectiva, todos los argumentos se diluyen en el mundo rural: si en el ámbito urbano los procesos que se han iniciado para alcanzar la igualdad son lentos, en el mundo rural todavía lo son más.