Manuel Pulido: “Es necesario comprender que del suelo depende nuestra comida, agua y demás recursos básicos para toda la sociedad”
La Universidad de Extremadura participa en el proyecto ECHO, una iniciativa de ciencia ciudadana que tiene como objetivo concienciar sobre el cuidado y conservación de la salud del suelo en Europa
31/01/2024. El proyecto ECHO (Engaging Citizens in soil science: the road to Healthier sOils) busca involucrar a los ciudadanos de la Unión Europea en la salud del suelo, aumentando sus conocimientos sobre este recurso esencial y generando nuevos datos sobre el estado de salud de los suelos en Europa. Como proyecto de ciencia ciudadana, su particularidad radica en que sea el público no experto el encargado de realizar un trabajo que, de manera general, recae en los científicos, para de esta manera, concienciar sobre la importancia ecológica y social de los suelos. En este caso, el objetivo es recopilar un total de 16.500 muestras de suelo de Europa, pero tomadas por los propios ciudadanos.
Manuel Pulido, investigador y profesor de Geografía de la UEx, lidera el grupo encargado de desarrollar este proyecto en Extremadura. Según explica, “en estos momentos nos encontramos en el segundo estadio del proyecto, donde preparamos los materiales para que cualquier persona que no sepa de suelo pueda hacer los experimentos. Son guías de campo para que una persona que no tiene conocimientos científicos pero que quiera participar en el proyecto vaya a su finca, al parque de su ciudad… y tome una muestra de suelo en las condiciones adecuadas.”
Este análisis se basa en ocho indicadores: contaminantes, materia orgánica, estructura del suelo, biodiversidad, pH y nutrientes, cobertura vegetal, cobertura forestal y heterogeneidad paisajística. En relación con el primer indicador, “en Extremadura, en la dehesa, no tenemos problemas de contaminación, pero sí en nuestras aguas, porque en las zonas agrícolas usamos muchos fertilizantes y acaban en los cursos de agua. En otras zonas de Europa tienen más problemas con metales pesados que provienen de la industria y la minería. Además, también está el problema de los microplásticos, que nos afecta de forma global”, comenta el investigador.
Existen dos opciones de muestra: una para determinar la presencia de un indicador concreto in situ, como en el caso de contaminantes, y otra para recoger una muestra que será mandada a un laboratorio centralizado para su análisis. El segundo caso es imprescindible para uno de los indicadores más relevantes, el de biodiversidad. “Es decir, el ADN del suelo. Conocer los filos de hongos y bacterias que viven en ese suelo y que requiere de un análisis más complejo. En este proyecto hay cuatro laboratorios que lo hacen: en Portugal, Italia, Finlandia y Escocia”, señala Manuel Pulido.
Para la recogida de muestras es necesario seguir un protocolo, cuyos materiales informativos están elaborando, así como la creación de guías de campo y guías de interpretación. Asimismo, la empresa Ambienta, también socia del proyecto, está preparando vídeos interactivos y un sistema de recompensas virtuales para animar a la gente a participar, como si se tratara de un videojuego.
La segunda fase consiste en la difusión del proyecto mediante actividades que involucren a distintos colectivos. Así, por ejemplo, se hará divulgación en colegios, institutos, colectivos de agricultores y ganaderos o personalidades públicas o políticas: “hemos decidido hablar con los principales grupos políticos de la región para hacer una serie de intervenciones con el objetivo de que, cuando tengan que decidir leyes sobre el suelo, conozcan las características de nuestros suelos de primera mano y su importancia”, anuncia el investigador.
A partir del Proyecto ECHO se creará ECHOREPO, un repositorio de acceso abierto alimentado con todos estos datos y que podrá ser explotado no sólo por los científicos, sino también por el público en general. Esto proporcionará valor añadido a los datos existentes y otras iniciativas relevantes de monitoreo del suelo. “Se va a crear una App para que la gente tenga acceso a toda esa información recopilada cuando acabe el proyecto. Con ello, esperamos generar un interés por este tipo de conocimiento científico y, sobre todo, trasladar a la población la importancia de cuidar y proteger la salud del suelo. Es necesario comprender que del suelo depende nuestra comida, agua y demás recursos básicos para toda la sociedad.”
El Proyecto ECHO está financiado por el programa Horizonte Europa de la Comisión Europea y se enmarca dentro la Misión Suelo de dicho programa de investigación e innovación.
Fuente: Servicio de Difusión de la Cultura Científica
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