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María Ángeles Durán, socióloga: “Existe el riesgo de que las mujeres tengan que volver al hogar para atender a las personas mayores”

María Ángeles Durán

27/01/2025. La prestigiosa socióloga María Ángeles Durán será la encargada de impartir la conferencia magistral del acto académico de la Universidad de Extremadura organizado con motivo de la festividad de Santo Tomás de Aquino.

Durán es doctora en Ciencias Políticas y Económicas por la Universidad Complutense, catedrática de Sociología y profesora de investigación ad honorem en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Fue fundadora del Seminario de Estudios de la Mujer en la Universidad Autónoma de Madrid.  En 2002 recibió el Premio Nacional de Investigación para las Ciencias Sociales, Económicas y Jurídicas y en 2018 el Premio Nacional de Sociología y Ciencia Política.

Ha publicado más de trescientas obras sobre trabajo remunerado y no remunerado, desigualdad, urbanismo y salud.  Su obra más reciente es una autobiografía intelectual titulada “Una vida y veinte fragmentos” (2023). Actualmente desarrolla una intensa actividad como conferenciante y asesora de organismos internacionales (UNESCO, OMS, CEPAL, ONUMUJERES, etc.), especialmente para la integración del cuidado en el análisis social y económico. 

La última vez que estuvo en la Universidad de Extremadura fue el 31 de octubre de 2018 para presentar su libro “La riqueza invisible del cuidado: Innovaciones necesarias en el análisis económico y sociológico”. Más de seis años después, nos vuelve a visitar para impartir la conferencia magistral del acto de Santo Tomás de Aquino, titulada “Mujeres y hombres en la economía española”.

Voy a tratar de ampliar la imagen que tenemos de qué es economía porque está muy centrada en la economía del dinero, de los bienes y de servicios que tienen precio. Sin embargo, para entender cuál es la posición económica de las mujeres, hay que incluir en el estudio el uso del tiempo porque gran parte del trabajo de las mujeres no se monetariza, no pasa por mercado, se queda dentro de los hogares.

En la economía española ha habido una tendencia continuada de incorporación de las mujeres al mercado de trabajo, uno de los rasgos fundamentales para entender la economía española, pero también se ha producido un fenómeno de cambio en la estructura demográfica que hace que tengamos cada vez una proporción mayor de personas mayores de 65 años que nunca volverán al empleo.

María Ángeles Durán Presenta El 31 De Octubre De 2018 En La Universidad De Extremadura Su Libro La Riqueza Invisible Del CiudadoTenemos una esperanza de vida excelente, las personas que llegan hasta los 65 van a estar hasta los 90 años. Hay que vivir de los ahorros en ese tiempo. A partir de los 75 años, el consumo de cuidados es importante y no hay dinero suficiente para pagarlos a precio de mercado. Hay que decidir en la economía española cómo pagamos la atención a las personas mayores de 75 años. Hasta ahora el 80% de los cuidadores de larga duración son mujeres. Ese es el desafío principal: ¿qué hacemos con el porcentaje de población de personas mayores de 65 años, que dentro de unos años va a ser el 30%?

Las mujeres han hecho un esfuerzo muy grande para prepararse, para poder entrar en el empleo, pero si no se puede organizar un sistema de cuidados para la población de edad avanzada existe el riesgo de que tengan que volver al hogar a ocuparse gratis de atender estas demandas que los servicios públicos no pueden prestar. Privadamente, la población no tiene capacidad económica para pagarlo a precio de mercado.

¿Esta tendencia demográfica puede provocar que las mujeres vuelvan otra vez al hogar y abandonen su carrera profesional?

Sí, si no se resuelve. Pero para resolver este tema, como afecta a millones de personas, no bastan pequeñas soluciones. Realmente tendrían que llevarse a cabo pactos de Estado que abordan muchísimo dinero. Es un cambio importante en la organización de los presupuestos del Estado.

Una de esas medidas, ¿podría ser retrasar la edad de jubilación?

Es una medida muy impopular, pero creo que no va a quedar más remedio. La gente que supera los 65 vive por lo menos hasta los 90. Si estamos en el mercado de trabajo únicamente 45 años, o en esos 45 conseguimos una economía muy productiva que utilice mucha tecnología y capital, que deje muchos márgenes o tendríamos que subir muchísimo los impuestos y el ahorro privado para conseguir de qué vivir los 45 años restantes.

Si de 90 solo trabajamos 45, hay que vivir de esos 45 otros 45 años. Si estuviéramos produciendo manzanas, tendríamos que guardar la mitad para cubrir ese periodo tan largo que no estamos produciendo.

La única solución es llevar la economía española a una economía mucho más productiva de lo que es ahora y eso solo se consigue con una inversión tecnológica fuerte.

Además de este envejecimiento de la población, cada vez las familias españolas tienen menos hijos. ¿Qué medidas implementaría para ayudar a la conciliación? Resulta casi imposible para la mujer tener una carrera de éxito y tener hijos.

Es casi imposible. En cierto modo es más difícil todavía para las mujeres que tienen cualificaciones medias porque las mujeres con cualificaciones muy altas pueden pagar más trabajo remunerado. Las que tienen unos salarios más bajos, ahora dependen fundamentalmente de sus propias madres, de las abuelas. Las abuelas están desempeñando un papel grandísimo.

Las encuestas dicen que los hombres cuando se jubilan realmente dejan de trabajar, pero las mujeres no se jubilan nunca. Si se jubilan en el empleo, luego siguen trabajando muchas horas dentro de casa. Ese trabajo invisible es el que permite, por una parte, que las hijas en caso de apuro sepan que pueden contar con una ayuda de reserva y, por otro lado, que aumente el número de mujeres en edades jóvenes y medianas en el empleo. Para casos de apuro está la reserva de la mano de obra femenina de 70, y a veces 80 años, que son las que están cuidando sin remuneración de la población muy frágil porque es o muy mayor o muy pequeña.

Desde sus investigaciones y análisis, no plantea un futuro prometedor.

Yo soy absolutamente optimista, lo que pasa es que creo que hay que hacer un esfuerzo grande e imaginativo y ser conscientes de qué significa conquistar años de vida. En conjunto, es algo muy bueno que seamos una sociedad que ha alcanzado la longevidad, pero no es gratuito y tenemos que pensar en serio quién paga la factura. Esa factura hay que dividirla entre todos.

Yo soy muy optimista, aunque pueda no parecerlo. Creo que como país seremos capaces de encontrar una estructura económica más productiva de la que tenemos ahora, donde es muy difícil subir salarios poniendo un café, que dejan muy poquito margen de beneficio, y la única manera es que hagamos mucha inversión tecnológica.

Siempre ha estado ligada a Extremadura, su padre es de Sierra de Gata. ¿Ve diferencias entre la incorporación al mundo profesional de la mujer en Extremadura y en el resto de España?

Para mí es una tristeza inmensa. Cuando di el discurso en representación de la sociedad civil en Mérida, en el año 2015 (cuando recibió la Medalla de Extremadura), ya dije que para mí era una verdadera tristeza porque me siento en parte extremeña. Sigue siendo igual. Estos días preparando esta conferencia y otro artículo largo para un estudio que se llama “España 2025”, estoy volviendo a ver todas las cifras sobre la economía extremeña. Salvo que no tienen en cuenta todo el trabajo que se hace sin pasar por mercado, que en Extremadura es mucho más alto que en Cataluña y eso hace que la comparación no sea buena porque no estamos comparando dos tipos iguales de economías, Extremadura tendría que salir del último lugar de la fila en el que siempre está. Para eso el papel de las mujeres es extraordinario.

Yo creo que la calidad de vida de las personas mayores en Extremadura, aunque tengan menos de casi todo, es mejor que en otras comunidades de España porque cuentan con mucho trabajo no remunerado de las mujeres.

A pesar de eso, es demasiado baja las oportunidades que ofrece la economía extremeña a las mujeres. No se consigue gratuitamente, hay que concertar muchísimos intereses y hacer un esfuerzo muy grande. Extremadura ha mejorado muchísimo en el acceso de las mujeres a la educación, por ejemplo, pero no lo ha hecho en la misma medida en la incorporación de las mujeres al empleo que, entre otras cosas, les da mucha independencia personal. Ahí el avance no es satisfactorio. Pasan gobiernos de distintos colores y seguimos estando en la última posición.

¿Algún aspecto más quiere destacar?

Quiero transmitir una idea de optimismo, pero hacen falta esfuerzos y pactos. No quiero transmitir una imagen pesimista. Lo fuerte de la conferencia es que no podemos seguir usando la imagen de una economía centrada únicamente en el dinero porque hay dos aspectos importantísimos que no se incluyen en los indicadores habituales: los medioambientales y el trabajo no remunerado, que sobre todo es de las mujeres. Extremadura es rica en esas dos cosas. Ese sería uno de los elementos.

El otro es que a pesar de que no se tiene todo en cuenta, Extremadura está demasiado separada de otras comunidades en la renta, que sí se mide. Se ve en las pensiones: la media de las pensiones en Extremadura puede ser menos de la mitad que en otras comunidades autónomas. Esa es una distancia demasiado grande.

La manera en parte de cambiar un país es cambiar la posición de las mujeres y Extremadura tiene un desafío. No va a ser gratuito, habrá que hacer esfuerzos importantes y no se puede esperar todo del Estado y de la Administración Pública. Gran parte del esfuerzo tiene que venir de la iniciativa privada y de la voluntad individual de cada uno de los extremeños.