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La UEx y la Universidad de Zaragoza organizan la tercera edición del congreso dedicado a la censura en la literatura infantil y juvenil

25 de mayo de 2022

En esta ocasión se analiza la censura durante las dictaduras del siglo XX. También se estudian los hábitos de lectura en distintas partes del mundo

 

25/05/2022. El Congreso “La censura de la Literatura Infantil y Juvenil durante las dictaduras del siglo XX. Hábitos de lectura en la actualidad” se celebra de manera online los días 25 y 26 de mayo. Tuvo su primera edición en el año 2019, donde participaron autores como El Roto, el redactor jefe de Triunfo y la fundadora de la Editorial Fundamentos. Gracias a su excelente acogida, los objetivos han sido más ambiciosos y las dos últimas celebraciones se han desarrollado en colaboración con la Universidad de Zaragoza, en concreto, con la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas del campus de Teruel, bajo la dirección del profesor Ramón Tena, quien coopera con el profesor de la Facultad de Formación del Profesorado de la Universidad de Extremadura, José Soto.

El proyecto cuenta con el respaldo de la Fundación Antonio Gargallo y los Rectorados de ambas universidades. Gracias a este triple apoyo, este año, entre los ponentes invitados asisten investigadores de Brasil, México, Portugal, Italia y Chile.  En el ámbito nacional se van a defender trabajos de la Universitat de Barcelona, Lleida, Castilla la Mancha, Alicante, La Rioja, Valencia, Málaga y la Universidad Complutense de Madrid. Con este mapa, que trasciende las fronteras europeas, se ha posibilitado conocer las dificultades de la literatura infantil en los regímenes totalitarios y calibrar la situación actual de los hábitos lectores en gran parte del mundo.

En el acto inaugural, el vicerrector de Extensión Universitaria de la Universidad de Extremadura, Juan Carlos Iglesias Zoido, ha felicitado a los dos profesores organizadores por “la continuidad” del congreso y su “carácter interuniversitario” con una universidad, la de Zaragoza, que también forma parte del Grupo 9 de Universidades.

El vicerrector del campus de Teruel de la Universidad de Zaragoza, José Martín-Albo Lucas, ha declarado que en estas jornadas virtuales “las nuevas tecnologías dan oportunidades al trabajo conjunto de 20 universidades”.

El Congreso cuenta con 100 inscritos, 15 comunicaciones y cinco conferencias plenarias e investigadores de hasta 20 universidades diferentes. Teresa Julio Giménez, de la Universitat de Vic, ha sido la encargada de impartir la conferencia inaugural titulada Autoras y censoras de literatura dramática infantil durante el franquismo (1966-1978).

La censura en los distintos países

Gracias a las ponentes Sara Reis da Silva de Universidade do Minho de Portugal y Rosiana Schiuma de la Università di Modena e Reggio Emilia de Italia se han establecido paralelismos con la situación que vivió la literatura infantil durante el franquismo. El propósito ha sido determinar relaciones entre su legislación, objetivos censores y diferencias entre los informes internos de los evaluadores. Con los datos que ambas profesoras aportan en esta edición, se ha ampliado y actualizado la muestra de estudio que durante años el Grupo de Investigación en Literatura Infantil y Juvenil, al que pertenecen los dos directores, ha cosechado junto a otras universidades internacionales como la Universidad de Aveiro y Évora.  En este año, además de las Italia y Portugal, se muestran comunicaciones sobre la censura en Estados Unidos, Brasil, Chile y Rumania.

La censura en obras estadounidenses

A la censura española y portuguesa, les preocupaba especialmente las obras de importación. Ambos regímenes fueron muy conscientes del éxito mundial de los cómics procedentes de Estados Unidos, así como las bandes dessinées francesas y los comettis italianos. Estas publicaciones tenían una gran demanda, un precio reducido y suponían un soplo de aire fresco, entre tanta literatura maniquea y predecible. “Por tanto, la cúspide censora alertó de los peligros ideológicos y la corrupción moral que supondrían para los lectores jóvenes, que consumieran estos títulos”, explican los directores del Congreso. Al no ser ediciones nacionales, la dictadura no podía imponer enmiendas o vetos, pero sí manipular las traducciones, prohibir la importación y limitar la distribución nacional que emanaba de Estados Unidos.

La censura durante el franquismo

Gracias a un estudio estadístico donde se han cotejado cientos de informes originales, se puede determinar que, pese al desprecio que ha sufrido históricamente la literatura infantil y juvenil, vivió una situación muy asfixiante durante el Franquismo. El régimen sabía que para perdurar en el tiempo necesitaba calar en las mentes de las nuevas generaciones. El último estudio que el “Grupo de Investigación en Literatura Infantil y Juvenil” ha elaborado revela que un 65,7% de los cuentos tuvieron alguna incidencia o se resolvieron de manera negativa.

La literatura más difícil de publicar fue la destinada a los niños, donde la probabilidad de tener un dictamen poco favorable era prácticamente el doble que si el ejemplar se dirigía para mayores de edad. Dentro de estas objeciones que podían ser de índole moral, religiosa, educativa, patriótica o de calidad artística, el alegato más habitual para reprobar una publicación fue el esgrimido por “daños a la moral”. Se debe básicamente a que con este ítem se juzgaba tanto el contenido “erótico”, como el “violento” y ambas cuestiones eran juzgadas con excesiva severidad y ambigüedad.