El curso de verano sobre los bicentenarios de las independencias iberoamericanas nace durante el confinamiento a través de Facebook
Sigfrido Vázquez Cienfuegos, profesor de la Universidad de Extremadura y uno de los directores del seminario, narra en esta entrevista como surgió este curso que durante el confinamiento creó una comunidad de más de 5000 personas en más de 70 países
15/07/2020. Dentro de la programación de los Cursos Internacionales de Verano de la Universidad de Extremadura, el próximo lunes comenzará el seminario titulado “Reflexiones históricas en torno a los bicentenarios: De las reformas borbónicas a la América independiente (1763-1824)”. Uno de sus directores es el profesor de la UEx Sigfrido Vázquez Cienfuegos, junto con el profesor de la Universidad de Jaume I de Castellón, Manuel Chust Calero.
El origen de este seminario se remonta a los primeros días de la pandemia, cuando un grupo de expertos americanistas de ambos lados del Atlántico organizó a través de Facebook las “I Jornadas Virtuales de Historia de América”. Reunió a más de 5000 personas de más de 70 países.
En esta entrevista, Sigfrido Vázquez cuenta su experiencia sobre cómo organizar actividades académicas virtuales que engloben a especialistas de distintos países, las claves del curso que dirige y cómo, bajo su opinión, debe afrontarse el próximo curso. El profesor de la Facultad de Filosofía y Letras defiende con rotundidad el papel de los foros académicos, virtuales o presenciales, en estos tiempos de desconfianza donde la opinión cobra fuerza versus la información contrastada.
Vázquez Cienfuegos es doctor en Historia de América por la Universidad de Sevilla y ha sido profesor de la Universidad Económica de Praga-VSE (2008/2009), investigador de la Escuela de Estudios Hispano-Americanas-CSIC (2009/2012) y profesor-investigador en el Centro de Estudios Ibero-americanos de la Universidad Carolina en Praga (2013/2016).
Actualmente es profesor contratado doctor por la Universidad de Extremadura, investigador de la Universidad Metropolitana de Praga (MUP) e investigador asociado al proyecto “País Vasco y América” de la Universidad del País Vasco (UPV). Dirige la publicación Norba, Revista de Historia y pertenece a los consejos de redacción de prestigiosas revistas como Anuario de Estudios Americanos, Temas Americanistas e História e Economia (entre otras). Organiza numerosos eventos académicos. Es habitual colaborador de diferentes medios de comunicación. Está especializado en la historia de Cuba y las relaciones internacionales en el Caribe a principios del siglo XIX, así como en las relaciones entre Checoslovaquia y América Latina durante la Guerra Fría, en especial la historiografía desarrollada en el país centroeuropeo.
– ¿Cómo surge la idea de celebrar este curso de verano?
Fue consecuencia de las actividades que habíamos estado realizando durante el confinamiento. Preocupados por la situación de paralización de las actividades académicas y científicas, un grupo de profesores e investigadores especialistas en Historia de América de diferentes universidades, que nos conocíamos de eventos organizados por la Universidad de Extremadura, decidimos convocar un encuentro usando Facebook mediante el formato de I Jornadas Virtuales de Historia de América. Todos los días laborables desde el 16 de marzo hemos organizado una conferencia con ponentes te ambos lados del Atlántico. El significativo éxito del formato animó a nuestro Vicerrectorado de Extensión Universitaria a considerar la posibilidad de que fuera trasladado en parte a los Cursos Internacionales de Verano. Dado que nos encontramos en las conmemoraciones de diferentes bicentenarios de las independencias iberoamericanas, pensamos que plantear un tema a este respecto podría ser de interés para nuestros alumnos y público en general.
– ¿De dónde proceden los profesores participantes?
El propósito ha sido exponer el tema desde un enfoque general. Siguiendo esta intención se ha estimado necesaria la presentación de la mayor cantidad posible de casos por lo que hemos contado con ponentes de Brasil, Venezuela, Argentina, Chile, Perú, Costa Rica y España. Todo ellos tienen un reconocido prestigio internacional, algo que nos hace considerar que casi más que un curso de verano estamos en el nivel equivalente a un congreso internacional.
– Se van a centrar en el periodo histórico que comprende de 1763 a 1824. ¿Cómo afectarán las reformas borbónicas a la independencia de América?
Este tema, uno de los medulares en la Historia de América, es de gran complejidad y en el que el debate al respecto sigue abierto. Además, desde hace varios años nos encontramos en un periodo de conmemoraciones de los bicentenarios de las independencias iberoamericanas. Este impulso oficial está generando un crecimiento de los estudios históricos al respecto así como una actualización de las líneas historiográficas que se ocupan de esta temática. De manera amplia y un poco general, numerosas investigaciones han venido demostrando desde hace varias décadas que el complejo fenómeno de la creación de las repúblicas iberoamericanas encuentra su antecedente más importante en el proceso de reformas borbónicas iniciadas por la corona española desde principios del siglo XVIII y a las que también se sumaría Portugal, uniéndose a la estela las transformaciones implementadas en toda Europa durante el Siglo de las Luces. Una parte importante de esas reformas fueron destinadas por las monarquías ibéricas a la modernización de sus territorios americanos. La historiografía viene considerado que este proceso de cambio fue el que facilitó la coyuntura para un malestar político entre las élites criollas, pues la intención de mayor control económico y político de América por parte de las autoridades metropolitanas, desplazó a estas élites de las esferas de poder. Cuando las circunstancias se volvieron críticas por las continuar guerras en Europa a finales del siglo XVIII y principios del XIX, esos grupos dominantes criollos consideraron más oportuno buscar vías de secesión de los poderes metropolitanos con la intención de defender sus intereses, dando lugar al inicio de un largo y convulso proceso independentista, que ha venido siendo entendido por una parte de los investigadores como revolucionario.
– Dada su experiencia en la formación virtual a raíz del confinamiento originado por la COVID-19, ¿alguna recomendación en la formación online, que sin duda será imprescindible el próximo curso?
Mi opinión, a título totalmente particular, es que la formación on line debería ser solo algo auxiliar y complementario a lo presencial. Si algo hemos aprendido en esta excepcionalidad con respecto a la docencia telemática es la importancia de la presencia física durante la transmisión de conocimientos. Nos hemos dado cuenta de lo que era obvio y dábamos por sentado. Ahora lo hemos echado mucho en falta. Las posibilidades de las herramientas on line son muchas y significativas. Estaban ahí y no las teníamos muy presentes. Debemos convivir con ellas y aprovechar las posibilidades, sobre todo como medio de insertar el conocimiento en la realidad global que permite Internet y las redes sociales.
Sin embargo, nosotros no somos unos meros trasmisores de conocimiento o formadores. La esencia de la enseñanza universitaria está en su propia etimología: universitas es el “conjunto de todas las cosas”, es decir la formación en un conjunto de valores, en la adquisición una formación teórica y práctica para afrontar la vida. No somos un mero expendedor de títulos. Y la Universidad es una institución comunitaria que tiene su razón de ser en su constitución como espacio físico de convivencia. Lo ha sido así durante siglos. Los clásicos se han referido a ella de manera poética como Alma Mater. Si se pierde esta esencia, muchas cuestiones relacionadas con ella van a dejar de tener sentido. Desde luego, sin adaptación a las circunstancias y al progreso tecnológico tampoco será viable, pero esto debería ser algo progresivo e incluyente. No debe ser nunca un obstáculo tanto para estudiantes como docentes.
-Durante el confinamiento emplearon Facebook Live en las I Jornadas Virtuales de Historia de América. En su opinión, ¿la nueva enseñanza virtual debe ir de la mano de las redes sociales?
No estoy seguro de ello. Con las Jornadas Virtuales de Historia de América hemos realizado un experimento que podemos calificar de exitoso. Crear una comunidad de más de 5000 personas en más de 70 países, todos interesados fundamentalmente en esta materia es un logro significativo. Sabemos que durante el curso muchos profesores han usado nuestras conferencias en sus clases. Desde esa perspectiva podríamos decir que las redes sociales tienen una gran potencialidad para la difusión de conocimientos. Es cierto que hasta ahora no había sido su función principal, aunque muchos las venían usando activamente. Los confinamientos globales nos han empujado a considerar las redes como herramientas para la exposición de ideas científicas y el debate al respecto, pues hasta ahora parecía más un espacio para la divulgación, que también es muy importante. No obstante nuestra experiencia nos ha mostrado que también hay ciertos riesgos: la excesiva dependencia tecnológica ha impedido a los menos duchos la participación o a los que no contaban con los recursos necesarios. Por otra parte, las redes sociales han sido en estos tiempos un caldo de cultivo de muchas actitudes muy peligrosas para los valores democráticos, sirviendo de correa de transmisión para ideas nefastas para el conjunto de la sociedad.
En definitiva, las redes sociales son un buen canal de comunicación de conocimiento e información, siempre y cuando se usen de manera moderada y con una funcionalidad específica. Por ejemplo, en nuestras Jornadas Virtuales están destinadas solo y exclusivamente a ser un foro para exposición de conocimiento sobre Historia de América, dentro de unos cauces académicos y con rigor científico. En cuanto detectamos algo que se sale de ese objetivo lo dirigimos a otros foros.
– Algún aspecto más que quiera destacar.
En estos tiempos en que la “verdad”, o mejor dicho la certeza y la confianza en los mensajes recibidos está puesta siempre en entredicho, es el momento de volver la vista al rigor científico y al cuestionamiento con reglas académicas. Es el único medio para recuperar la confianza. La opinión no debería pesar tanto, debería serlo la argumentación fundamentada y contrastada. Ese es el papel de los foros académicos, ya sean virtuales o presenciales. Por eso son tan importantes estos Cursos Internacionales de Verano, así como los diferentes foros académicos que se celebran al año, pues durante estos se abren las puertas de la universidad a profesores e investigadores de diferentes ámbitos y se enriquece el debate. Esta es una oportunidad única para nuestros estudiantes y docentes, pero también para toda la sociedad. No podemos olvidar nuestro objetivo último: ofrecer el máximo conocimiento para que como comunidad tomemos las mejores decisiones posibles. Cuanto más rico sea nuestro conocimiento, más acertadas será nuestras decisiones.