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La aplicación de una nueva técnica de conservación permite aumentar la vida útil del higo hasta 21 días

16 de octubre de 2018

El empleo de la molécula 1-Metilciclopropeno (1-MCP), conocido comercialmente como Smartfresh, en la postcosecha de higo, permite una mejor conservación de la fruta sin alterar su apariencia, ni sabor, permitiendo así mejorar su comercialización e internalización

 

16/10/2018. El higo se caracteriza por ser una fruta muy nutritiva, su consumo proporciona al cuerpo humano una gran cantidad de fibra, abundantes minerales como el potasio, el calcio, o el hierro y numerosas vitaminas como la vitamina K y, en los higos frescos, la vitamina B1, B5 y B6. Además, gracias a su piel suave, su pulpa melosa y su sabor dulce los higos son suculentos y  fácilmente consumibles. Por todo ello, actualmente existe una alta demanda en cuanto al consumo de higo fresco

En este sentido, la comunidad autónoma de Extremadura es la mayor productora del higo del país, con un total de 8.272 toneladas anuales, lo que supone casi el 29% del total español y 5.220 hectáreas de higueras.  La extensión y la producción de higos está muy repartida entre la provincia de Badajoz y de Cáceres.

Sin embargo, la vida útil de esta fruta una vez cosechada es extremadamente corta, debido a alteraciones fisiológicos como el ablandamiento o alteraciones microbiológicas como la endosepsis o expulsión del líquido almibarado a través del ostiolo, lo que influye negativamente en la comercialización de la misma.

Desde el Instituto Tecnológico Agroalimentario de Extremadura (INTAEX-CICYTEX), en colaboración con el Instituto Universitario de Investigación en Recursos Agrarios (INURA) de la Universidad de Extremadura, se trabaja desde hace años aunando esfuerzos para encontrar tecnologías postcosecha que permitan extender el tiempo de almacenamiento de la fruta, lo que beneficiará directamente a la industria y al consumidor.

Manuel Serradilla, uno de los investigadores y partícipes de este proyecto ha desarrollado un sistema de vida útil de higo fresco, concretamente en la variedad “Albacor”, extrapolable a cualquier variedad. Tal y como explica el autor del estudio, “el higo al ser una fruta climatérica, esto quiere decir que tiene capacidad de madurar fuera del árbol, es necesario buscar alternativas que permitan retrasar esa maduración y por tanto dure más “. Esta rapidez en la maduración se produce debido al etileno, compuesto químico que actúa como hormona vegetal regulando los procesos de maduración en frutas climatéricas mediante su unión a unos receptores para desencadenar gran parte de los procesos ligados a la maduración.

En este sentido, explica Serradilla, “una de las tecnologías que hemos utilizado ha sido una molécula análoga al etileno, el 1-MCP, que lo que hace es bloquear los receptores del etileno de tal forma que pare la maduración”. Para ello, añade el investigador, “hemos recolectado la fruta y directamente la hemos tratado en cámaras mediante aplicación volátil de esta molécula, consiguiendo así cortar la maduración y que la fruta se quede tal y como ha sido recolectada”.

Gracias a esta técnica, los investigadores María del Carmen Villalobos, Manuel Serradilla y María de Guía Córdoba han conseguido que los higos llegasen a durar hasta 21 días, sin que se altere el sabor, ni la apariencia de la fruta, pues la unión de esta molécula, el 1-MCP con los receptores de etileno es irreversible, de tal forma que una vez que tratas el fruto así se queda. Serradilla subraya que “si un higo al recogerlo tiene un dulzor de 18 grados Brix al aplicarle esta técnica el dulzor va a ser el mismo”. Además, esta técnica se aplica de forma comercial en otros tipos de fruta climatérica como por ejemplo la ciruela y, por tanto, es totalmente viable para la industria del higo.