Bitcoin, la criptomoneda que está de moda
De la mano de dos expertos en Tecnología Informática y en Derecho, este reportaje recorre los orígenes del bitcoin, sus características más atractivas y los inconvenientes, y lanza una mirada al futuro de estas monedas virtuales
14/05/2017. En los últimos años la sociedad ha sufrido profundas transformaciones debido al auge de las TICs. Vivimos en una sociedad digital que se manifiesta en muchos de nuestros actos diarios. Uno de ellos es el pago online o digital, la opción preferida de pago hoy en día. En este contexto, se creó en 2009 una nueva divisa virtual que cambiaría la manera de realizar transacciones y, además, de ganar dinero: el Bitcoin.
Desde su nacimiento, todavía se desconoce si el bitcoin fue creado por una sola persona o por un grupo de ellas, ya que se fundó bajo el pseudónimo de Satoshi Nakamoto. Se lanzó con la idea de crear una moneda virtual que pudiera cumplir con las necesidades de operar a través de la red en mercados virtuales, ofreciendo nuevas posibilidades a sus usuarios.
¿Qué es el bitcoin? Según explica José Carlos Sancho, investigador de la UEx y perteneciente a la Cátedra Viewnext – UEx, “el bitcoin, al igual que ocurre con otras divisas reales, como el euro y el dólar, es una divisa más, pero con la peculiaridad de que es virtual”. “El bitcoin no tiene un elemento físico, sino que ha sido emitido por un emisor y se puede operar con ella a través de la red”, añade Jorge Alba, director del Servicio Financiero de Picado Abogados y responsable del Departamento de Derecho Tecnológico, Protección de Datos e Informática.
Así, de la misma manera que utilizamos divisas reales como el euro y el dólar para comprar, con el bitcoin podemos hacer lo mismo, utilizarlo para compra, método de pago, intercambio, etc. Actualmente, el bitcoin puede tener tres aplicaciones. “La primera es que puede ser un producto de inversión, es decir, un usuario puede comprar y vender bitcoins, y con la diferencia obtener una plusvalía que hay que tributar en la Agencia Tributaria. También podemos usar la criptodivisa como medio de pago. Y por último, como depósito de valor (parecido al oro), en el cual los participantes del sistema le otorgan un valor al bitcoin”, describe Alba.
Las dos caras del bitcoin, la moneda sin Ley
Esta criptomoneda ofrece varias ventajas que sus competidoras físicas no tienen. Ambos expertos consultados coinciden en que su principal cualidad es que, al ser una moneda virtual, no existe la falsificación o duplicación del bitcoin, es decir, hay más seguridad a la hora de operar con ella. Aunque también existen otras ventajas. No hay intermediarios, con lo cual se abaratan los costes de los impuestos de las transacciones. Tampoco hay barreras legislativas que impidan el uso del bitcoin a nivel internacional. Por último, y más importante, no es una moneda que esté asociada a una identidad, al trabajar con ella y operar a través de la red, existe una privacidad, con lo cual se desconoce quién está detrás de esa moneda operando en ese momento. Pero esta característica constituye también uno de sus puntos débiles o desventaja, “ya que cualquier persona también puede utilizar este sistema para realizar acciones ilícitas como el blanqueo de dinero, venta y compra de armas, tráfico de drogas, etc. Por tanto, una ventaja como es el anonimato, también puede llegar a ser una desventaja”, matiza Alba.
En cuanto a las diferencias que existen entre Bitcoin y otras divisas físicas, finalmente, el trato es el mismo, ya que se utiliza como método de pago. “Con respecto a otras criptomonedas, la diferencia es que el bitcoin es la más conocida, y por tanto es la que más demandan los usuarios. Con lo cual, es la que más oscila y que permite ganar más dinero”, explica el investigador de la UEx. “Hay gran cantidad de criptomonedas. En la mayoría de las veces, la diferencia más característica entre ellas reside en un componente tecnológico, por ejemplo, el código que regula el software de la técnica de minería de datos o si el valor de la criptomoneda está anclado a un bien o no”, añade por su parte Alba.
Cualquier persona puede operar con bitcoins. Esta criptomoneda se puede adquirir de tres formas. La primera es accediendo a mercados en los cuales se vende la moneda. En estos sitios web se pueden comprar y vender bitcoins por dinero real. La segunda es a través de la prestación de un servicio. Por último, la tercera es una técnica conocida como minar bitcoins. “Esta técnica permite, a través de la resolución de problemas matemáticos y la utilización de los recursos de varios ordenadores, minar continuamente en la red esta criptomoneda. El único inconveniente al que se enfrenta esta tarea es que, a pesar de la utilización de los recursos de un ordenador, se trata de una actividad muy lenta”, señala el investigador de la UEx.
Sancho también aclara que no se sabe con seguridad el valor que tiene el bitcoin actualmente, “ya que es una moneda cuyo valor está fluctuando constantemente. Esto es muy llamativo para las personas que quieren operar con esta moneda, porque pueden ganar o perder mucho dinero en poco tiempo”. De la misma manera que ocurre con otras divisas o con acciones, el precio de bitcoin se determina por la oferta y la demanda que tienen los usuarios en ella.
Monederos virtuales
A diferencia de las divisas reales, el bitcoin se guarda en aplicaciones de monederos virtuales. Cada usuario tiene una billetera virtual o Wallet, que le da a dicho usuario dos componentes. En primer lugar, una llave virtual que solo la puede tener el usuario. En segundo lugar, una caja online donde se almacenarán los Bitcoins. Para realizar una transferencia a otro usuario, se utiliza la llave virtual del Usuario 1 para abrir su caja y traspasar X bitcoins de su wallet a la del Usuario 2.
La manera de gestionar el bitcoin es a través de transacciones. Los usuarios las realizan a través de sus billeteras virtuales. “Cuando se llegan a las 2.200 transacciones aproximadamente, todo el sistema empieza a trabajar para escribir un nuevo bloque. Una vez escrito, se une a la cadena. Este sistema se denomina Blockchain y se encuentra totalmente descentralizado; no existe una autoridad que lo regule. Sin embargo, existe una comunidad de programadores dentro de este sistema que son los que determinan, mediante consenso, cual es el software que van a utilizar estos mineros”, explica el Director del Servicio Financiero de Picado Abogados.
“Podemos gestionar los bitcoins descargando alguna de las aplicaciones existentes para los diferentes dispositivos móviles (iOS, Android, etc.). Existen múltiples aplicaciones que nos permiten operar, transferir o gestionar nuestros bitcoins como si fueran una moneda física”, añade el investigador de la Cátedra Viewnext.
Mirando hacia el futuro
Respecto a cuál va a ser el efecto de las criptomonedas en un futuro, Jorge Alba lo tiene claro: “Es difícil determinar cuál va a ser el efecto a largo plazo. Si el sistema de Blockchain se consolida, y el bitcoin llega a ser un medio de pago generalmente aceptado, puede suponer un cambio importante”. Y prosigue: “hay economistas que entienden que puede tener un efecto perjudicial, porque no existe esta regulación, por el anonimato… Y hay otros que consideran que puede servir de contrapeso al sistema actual como depósito de valor, como medio de pago alternativo”.
“El dinero físico cada vez se está utilizando menos. Más del 90% de las transacciones que se realizan hoy en día se realizan a través de medios electrónicos. Sin embargo, a medio plazo, no es factible eliminar completamente las divisas reales por criptomonedas. De momento, se utilizarán ambas por igual dependiendo de las necesidades y confianza que te de una u otra”, concluye.