El Carnaval en Extremadura, una tradición ancestral
La profesora Pilar Barrios hace un recorrido por los pueblos y ciudades que conmemoran el Carnaval en Extremadura y que se remontan a tradiciones que tienen su origen en la época romana o la Edad Media
07/02/2018. Febrero procede del término Frebua, festival de la purificación en la Antigua Roma. Febrero es el mes que menos días posee del año y está asociado a la fiesta, la alegría, el desenfreno, al disfraz… al Carnaval y en Extremadura esta fiesta es una de las más esperadas.
Tal y como explica Pilar Barrios, profesora de Facultad de Formación del Profesorado de la Universidad de Extremadura, “los carnavales en el territorio nacional y, por supuesto en nuestra comunidad autónoma, tienen una gran tradición arraigada en la cultura popular”.
Se supone que el término carnaval, aclara la investigadora, “proviene del latín medieval carnelevarium (quitar la carne), en referencia a la prohibición religiosa de consumo de carne durante los cuarenta días de la Cuaresma y, aunque la iglesia no admite el Carnaval como una celebración de tono religioso, sin embargo, sí que está muy relacionado con la tradición católica. Es por ello que las fiestas de Carnaval deben terminar como máximo el miércoles de ceniza con el ayuno y la abstinencia de la carne, aunque algunas, como los gallos de Albalá, terminan en el domingo de Piñata, ya el primero de Cuaresma”. Estas fiestas se entendían como el momento perfecto para romper la norma y las exigencias sociales preestablecidas, convirtiéndolas en las fiestas de la libertad, la alegría y el desenfreno, antes del recogimiento de la Cuaresma.
Para saber el origen del Carnaval es necesario remontarse a la época romana, concretamente a las fiestas Lupercales o incluso a las Saturnales, que eran las fiestas de la carne, del desenfreno, del vino, en las cuales estaban permitidos los excesos.
Posteriormente, añade Pilar Barrios “en la Edad media y el Renacimiento son comunes en todo Europa las festividades de Carnaval basadas en representaciones en donde la fiesta se concibe como una alteración del orden socialmente establecido, en la cual no había que enfrentarse a ninguna clase de autoridad, y todo el pueblo participaba, encarnando la burla, la lascivia y el desenfreno”.
En este sentido, explica la profesora de la UEx “el disfraz permitía esconder la identidad de las personas, así podían llevar a cabo todo tipo de acciones no permitidas fuera de estas fechas bajo el anonimato más absoluto. Es más, en algunos casos bajo este anonimato incluso se cometían delitos como robos o crímenes producidos por venganzas personales”. Esta una de las causas de que en España se prohibiera tras la Guerra Civil y, además, por considerarse fiestas pecaminosas y facilitadoras de las malas costumbres. De todos modos en Extremadura y en otras comunidades autónomas españolas no llegó a erradicarse y quedó latente en núcleos y zonas rurales, como Navalmoral de la Mata, Montánchez, la zona de las Torres, las Hurdes, Sierra de Gata…, con elementos tan característicos como los disfraces, los comadreos, los gallos… En las zonas urbanas, con la llegada de la democracia, floreció de nuevo el Carnaval en diferentes puntos de la región, muy especialmente en Badajoz y también en Mérida, Navalmoral, etc.
En Extremadura es donde el Carnaval tiene una tradición más arraigada y podemos encontrar diferentes manifestaciones de esta fiesta en zonas rurales y urbanas, que se han ido sucedido a lo largo de la historia y de las cuales alguna todavía perdura con mucha fuerza.
La investigadora destaca por ejemplo el Jueves de Comadre, fiesta de origen romano en que se venera a la diosa Juno, diosa del matrimonio y reina de los dioses y en la que por un día, las mujeres son las protagonistas de la fiesta e invitan a los hombres, como en Escurial o Torrequemada o las Lavanderas de Cáceres.
También es muy importante la figura del Peropalo de Villanueva de la Vera una fiesta declarada de Interés Turístico Regional, en la cual se justicia y da muerte al pelele. Tampoco se puede olvidar La Pedida de la patatera de Malpartida de Plasencia, fiesta que se remonta a finales del siglo XIX cuando los mozos pedían embutidos por las casas y recibían en muchos casos la morcilla patatera.
Por su parte en las zonas de las Hurdes es necesario tener en cuenta que las encarantoñas, los enzarramaus y los entruejáus se entremezclan con disfraces modernos. Otra fiesta a tener en cuenta es el Carnaval de las Ánimas en Villar del Pedroso, una fiesta que se remonta al siglo XVII cuando, según la tradición, un general se encomendó a las ánimas benditas y les prometió una función anual si conseguía la victoria y así se instituyó el “Martes de Carnestolendas”. En Carnaval de Campo Arañuelo ha sido declarado Fiesta de Interés Turístico de Extremadura con una tradición de más de 300 años, o la fiesta de Navalmoral de la Mata y, por supuesto, el Carnaval de Badajoz considerado Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Los carnavales son una de las festividades más importantes a destacar en el calendario extremeño, relacionada con señas de identidad, transmisión de valores y una tradición que se ha transmitido a través de sucesivas generaciones, muy especialmente en el ámbito rural.
Contacto: Pilar Barrios Manzano pbarrios@unex.es Teléfono: 927257669