“La investigación te engancha y forma parte ya de tu vida, de tu familia y amigos para siempre”
“Enganchada” a la ciencia y la investigación, Ana Beatriz Rodríguez Moratinos nos cuenta en esta entrevista sus motivaciones y trabajo. La investigadora considera fundamental el entendimiento y acercamiento a la empresa a través de la divulgación científica para aumentar la inversión empresarial en investigación
08/01/2018. Científica entusiasta de su trabajo, cercana a la gente y firme convencida de la necesidad de hacer llegar el conocimiento a la sociedad y las empresas, la bióloga Ana Beatriz Rodríguez Moratinos lleva más de 30 años dedicada a la docencia, investigación y divulgación en la Universidad de Extremadura. Catedrática en el área de Fisiología en Biología, las líneas de investigación de su grupo “Neuroinmunofisiología y Crononutrición” están centradas en las propiedades antioxidantes y antinflamatorias de la melatonina y el licopeno; el efecto de la melatonina como coadyuvante en quimioterápicos; la crononutrición y la cronocosmética, entre otras líneas.
Su trabajo siempre se ha caracterizado por la colaboración con otros agentes sociales y por su contacto con la empresa. En este sentido, Ana Beatriz aboga por más apoyo institucional a la hora de valorar la aplicación y transferencia de resultados en los baremos académicos como medida para impulsar la investigación aplicada. La investigadora extremeña considera de “obligado cumplimiento” que los investigadores divulguen su trabajo como un paso esencial para que la sociedad valore el trabajo científico y sea posible el acercamiento hacia la empresa.
¿Siempre has soñado con ser científica? ¿Quiénes te han inspirado en tu carrera?
En principio no lo pensé. En 1º de BUP una profesora de Biología jovencita recién aprobada su oposición, entusiasta que nos motivaba mucho, me hizo que me gustara ser bióloga, aunque también quería ser profesora de instituto. Ya durante mis estudios universitarios de Biología, me fascinó la asignatura de Fisiología Animal y en el último año de la carrera comencé de alumna interna con una beca de colaboración en Fisiología Animal con la doctora Carmen Barriga. Fueron unos comienzos difíciles en un recién creado Departamento de Fisiología, separado recientemente de Bioquímica, donde todo estaba por hacer con unos medios ínfimos porque no había nada.
Tras la licenciatura y gracias a una beca de la Diputación Provincial de Badajoz y, sobre todo, a la ayuda inestimable del profesor José Prieto, catedrático de Microbiología en la Facultad de Medicina, pude realizar mi tesina de licenciatura y en 1986, sólo un año después de terminar mis estudios, obtuve una plaza de ayudante, ¡algo impensable en estos tiempos!
¿Qué es lo que te atrae de la investigación?
Sin duda, la satisfacción y recompensa que supone tener una idea, una hipótesis, desarrollarla y obtener unos resultados que la demuestren. Y en algunos casos, poder ver su aplicación o aplicabilidad. Eso te engancha… es un gusanillo que hace crecer tu curiosidad por las cosas y tu capacidad de observación.
¿Cuáles son los retos de vuestra investigación, qué objetivos a medio-largo plazo tenéis?
En nuestro Grupo de Investigación “Neuroinmunofisiología y Crononutrición” desarrollamos varias líneas de investigación. Ahora estamos estudiando quimioterápicos en líneas tumorales, principalmente en colón y útero, y terapias coadyuvantes con melatonina. Esta molécula tiene la cualidad de que protege la célula sana e induce la muerte de la célula tumoral. Hemos llevado a cabo ensayos in vitro con cultivos celulares de líneas tumorales, y estamos convencidos de que la melatonina tiene futuro como coadyuvante en los tratamientos quimioterápicos porque potencia sus efectos además de mejorar la calidad de vida de los pacientes. Hemos presentado también un proyecto conjunto con el Grupo de Investigación de Química de Coordinación a la convocatoria del Plan Nacional de I+D+i, para sintetizar y aislar compuestos derivados y análogos de platino y paladio y probarlo en líneas tumorales solos o con melatonina, con el objetivo de lograr tratamientos quimioterápicos más efectivos y menos tóxicos. En este sentido, ya hemos obtenido resultados preliminares prometedores gracias al apoyo de las asociaciones oncológicas de Tierra de Barros de Almendralejo y Esperanza de Vida de Villafranca de los Barros.
¿También investigáis las propiedades antiinflamatorias de la melatonina y el licopeno?
Sí y observamos la acción de los antioxidantes frente a la inflamación, y realizamos ensayos en distintas patologías inflamatorias. Así, hemos comprobado, en colaboración con diversas entidades portuguesas, que la terapia con melatonina en pacientes con fibromialgia ayuda a disminuir los puntos de dolor, aumenta el estado de ánimo y mejora la calidad del sueño de las mujeres. Asimismo, hemos probado que el aceite de oliva con licopeno (aceiterol) tiene una acción antiinflamatoria en pacientes con hiperplasia benigna de próstata. Además, varias tesis doctorales de nuestro grupo avalan también que la melatonina mejora la calidad y viabilidad de los espermatozoides en las técnicas de reproducción asistida.
En la línea de crononutrición, nuestro grupo tiene dos patentes, una de leche infantil para mejorar el sueño y otra de concentrado de cerezas que ayuda al estado de ánimo y favorece el sueño. También trabajamos en cosmética y en cremas de protección solar con antioxidantes naturales.
¿Cómo podemos aumentar nuestra concentración de melatonina?
A partir de los 45 años nuestro organismo produce menos melatonina y esta disminución se intensifica con la edad, por eso la gente mayor duerme peor. Por tanto, es importante introducir en nuestra dieta alimentos ricos en triptófano, aminoácido precursor de la melatonina, presente en la leche, frutos secos (fundamentalmente nueces), cereales, carnes como el pavo, frutas como cerezas y plátanos, entre otros.
Para tener madera de científico, es imprescindible…
Tener vocación. Es una profesión muy vocacional que te engancha y forma parte ya de tu vida, de tu familia y amigos para siempre. La investigación y, en general tu trabajo, se convierte en un nuevo miembro de tu familia y, claro, con todo lo que ello conlleva: sacrifico, dedicación, mucho esfuerzo con fines de semanas y vacaciones trabajando, viajes a veces con niños pequeños, cargas familiares, etc. Y fuera del ámbito universitario a veces no se entiende. En mi caso, he tenido la suerte de que mi marido tenga la misma profesión y hayamos podido compartirlo, pero entiendo la dificultad de hombres y mujeres científicas cuando sus parejas no lo son. Es difícil que fuera de tu esfera profesional entiendan tu dedicación, y que comprendan lo que esta profesión te “engancha” y exige, así como, las penurias que a veces se pasan.
Creo que, además, el investigador debe reunir una serie de características o aptitudes: dotes de intuición, saber observar y pensar y ser resolutivo, entre otras cualidades.
¿Consideras que la ciencia que se investiga en los laboratorios responde a las demandas sociales?
Gran parte de la investigación creo que sí y cada día más. Es evidente que se precisa de una investigación básica inicial, que en algunos casos es inaplicable; pero también es cierto que, en otros casos, los investigadores son un poco reacios a la aplicación. Esto se debe, quizás, porque el objetivo o resultado es a muy largo plazo y las vías de promoción universitarias y en centros investigación – a través de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) – necesitan unos índices de calidad muy buenos y a corto plazo, lo que conduce a publicar más artículos científicos que patentes, cuyo procedimiento de registro lleva un mínimo 2 a 3 años de papeleos, y todo ello, sin la seguridad de que se consiga al final y mucho menos de que se explote, que es cuando realmente tiene una validez curricular destacable.
Por ello, si los investigadores estuvieran más motivados y también si hubiera más apoyo institucional que potenciara la valoración a la aplicación y transferencia de resultados en baremos, creo que la investigación llevada a cabo en los laboratorios se aplicaría o transferiría más.
¿Cómo valoras, especialmente en tu campo, la transferencia de resultados de I+D a la sociedad?
Desde mi punto de vista se hace indispensable, es de “obligado cumplimiento” siempre que sea posible, claro. Creo que los investigadores tenemos una labor social importante, aquí no nos dedicamos a “jugar a investigar ni a inventar cosas inútiles”, y es importante que la sociedad conozca qué hacemos y nos apoye. Los ciudadanos deben tomar conciencia de que los investigadores estamos para ejercer una misión fundamental, y esto hay que hacérselo llegar. Sólo así la sociedad valorará nuestro trabajo. Como decía Gregorio Marañón, “la grandeza de la ciencia e investigación no se alcanza hasta que se aplica: acaba valorándose por su utilidad” y ¡es verdad!
¿Qué opinión te merece la divulgación científica en las universidades? ¿Crees que se debería mejorar la comunicación de la ciencia en los medios?
Pienso que para una buena promoción de la I+D+i la divulgación es completamente necesaria. Pero, además, es tremendamente importante, yo diría fundamental, que haya un entendimiento y un acercamiento a la empresa a través de la divulgación científica para aumentar la inversión empresarial en investigación. Considero que apostar por la investigación en cualquier ámbito (biomedicina, medioambiente, ingenierías…) es invertir en el futuro y en el bienestar social; es beneficioso para todos.
Por ello, se hace necesario aumentar la comunicación con las empresas. Sólo si el conocimiento que genera la Universidad y otros centros de investigación va ligado a la explotación de los resultados e intereses empresariales de la región, del país o mundiales, el beneficio será compartido y conocido por la sociedad.