La actividad emprendedora sufre más los efectos de la crisis en las zonas rurales
Los datos los ofrece el estudio “Situación del Emprendimiento Rural en Extremadura. Una perspectiva a partir del Proyecto GEM”
05/07/2017. La tasa media de actividad emprendedora rural ha sido en los últimos trece años del 7,3%, frente al 5,5% de la tasa media urbana. No obstante, las zonas rurales se han visto más afectadas por la crisis económica, ya que su tasa emprendedora media después del comienzo de ésta ha descendido casi un 19% frente a la urbana, que ha permanecido prácticamente igual. Esto ha provocado que las dos tasas sean muy similares desde el 2008 al 2013 (4,9% vs. 4,7%), aunque en 2014 y 2015 las tasas rurales ya han tenido un mejor valor que las urbanas, lo que nos indica una mayor sensibilidad del emprendimiento rural ante condiciones inciertas y de recesión económica.
Estos datos se han presentado hoy en la Facultad de Empresa, Finanzas y Turismo, en Cáceres, de la Universidad de Extremadura, fruto del estudio la “Situación del Emprendimiento Rural en Extremadura. Una perspectiva a partir del Proyecto GEM”.
El aprovechamiento de una oportunidad de negocio ha prevalecido en la mayor parte de las iniciativas, tanto en el ámbito rural como en el urbano (5,5% vs. 4,2%), y tanto en las diferentes provincias como en sus áreas. No obstante, con la llegada de la crisis económica, en el mundo rural, la caída de las tasas por oportunidad ha sido mayor que en el urbano (46,3% vs. 35,2%), en donde las tasas por necesidad han aumentado un 51,5% con la crisis, frente al 22,6% que lo han hecho en las zonas rurales.
El perfil medio del emprendedor rural extremeño responde al de un hombre, de aproximadamente 33 años, con estudios secundarios o de grado medio universitario, que tiene un nivel de renta que oscila entre 1.200 y 1.800 euros, que trabaja a tiempo completo o parcial y que reside fundamentalmente en la zona norte de la provincia de Cáceres.
La mayoría de la iniciativas emprendedoras rurales (63,7%) se llevaron a cabo con un único propietario, en negocios en los que predomina el sector orientado al consumidor (46,5%), y que han necesitado de media para la puesta en marcha de su negocio un capital de 76.641 euros, del que han puesto el 87,5% del mismo; es decir, 67.066 euros. Esta circunstancia contrasta fuertemente con el escenario urbano, donde la cantidad que requiere comenzar un negocio es algo mayor a la necesitada en el ámbito rural (80.523 vs. 76.641 euros), pero el emprendedor urbano ha contado con mucho mayor apoyo financiero externo, de tal suerte que sólo ha aportado el 45,5% de lo que ha necesitado.
TITULARES:
1) La tasa media de actividad emprendedora rural en Extremadura en los últimos trece años ha sido mayor que la tasa media urbana.
En general, las tasas de actividad emprendedora en las zonas rurales han venido siendo más altas que en las zonas urbanas en el período 2003-2015 (7,3% vs. 5,5% de media), aunque después del comienzo de la crisis económica ambas tasas han evolucionado de forma pareja, empezando a distanciarse de nuevo a partir de 2014. En el ámbito provincial, las zonas rurales de la provincia de Cáceres han sido más emprendedoras que las de Badajoz (8,1% vs. 6,5%), mientras que las zonas Norte y Sur son las que tienen tasas emprendedoras medias rurales mayores (8,3% vs. 7,6%), siendo las tasas de las demás zonas centrales muy similares entre sí (6,8%, 6,9%, 6,5%).
2) La actividad emprendedora se ha visto más afectada por la crisis económica en las zonas rurales que en las urbanas.
A pesar de que la tasa media de actividad emprendedora rural ha sido en los últimos trece años del 7,25%, frente al 5,48% de la tasa media urbana, las zonas rurales se han visto más afectadas por la crisis económica, ya que su tasa emprendedora media después del comienzo de ésta ha descendido casi un 19% frente a la urbana, que ha permanecido prácticamente igual. Esto ha provocado que las dos tasas sean muy similares desde el 2008 al 2013 (4,93% vs. 4,7%), aunque en 2014 y 2015 las tasas rurales ya han tenido un mejor valor que las urbanas, lo que nos indica una mayor sensibilidad del emprendimiento rural ante condiciones inciertas y de recesión económica.
3) El emprendedor rural cuenta con una mayor capacidad financiera que el urbano.
Con la llegada de la crisis económica, en las zonas rurales se ha hecho más caro emprender y se cuenta con menos recursos financieros externos. Si antes de producirse ésta eran capaces de crear su empresa con unos 39.754 euros, de los que solían poner 23.141 euros, con la llegada de la crisis económica los emprendedores rurales han venido necesitando 99.965 euros para comenzar su negocio, teniendo que poner el 94,6% del mismo. El emprendedor urbano, necesitando prácticamente el mismo importe para poner en marcha su proyecto (99.574 euros), solo ha podido aportar de media el 33% de lo necesitado.
4) Los emprendedores rurales tienen menos estudios universitarios.
En las iniciativas rurales encontramos a un 12% menos de emprendedores con estudios universitarios (46,33% vs. 57,96%), que emprenden con menor preparación formal y menor nivel de renta, aunque podemos decir que, alrededor del 70% en ambas zonas emprenden con rentas medias o altas y con una situación laboral de empleo a tiempo completo o parcial en más del 91% de los casos.