“La investigación en humanidades es cada vez más interdisciplinar y transversal, pero hay que saber divulgar estas investigaciones”
María del Mar Lozano Bartolozzi nos desvela en esta entrevista su complicidad con el patrimonio histórico y artístico y los valores de la investigación humanística
21/06/2017. Emoción, valores humanistas, complicidades intelectuales, disfrute de la originalidad y la belleza. Así nos habla del arte Mª del Mar Lozano Bartolozzi, catedrática de la Universidad de Extremadura e investigadora en el Departamento de Arte y Ciencias del Territorio. Nacida en Pamplona y nieta del conocido ilustrador Salvador Bartolozzi, la vida de Mª del Mar Lozano Bartolozzi desde su infancia ha estado siempre vinculada al arte. Lamenta que la enseñanza artística sea insuficiente en la escuela y los jóvenes se alejen de la cultura clásica. Nos invita a que despertemos en los jóvenes la curiosidad intelectual que les lleve a disfrutar del conocimiento y a participar en la vida cultural.
Directora de la revista NORBA-ARTE de la UEx, es investigadora principal del grupo de investigación ARPACUR, “Arte, Urbanismo y Patrimonio Cultural Moderno y Contemporáneo” y del grupo de la Junta de Extremadura ARPADEX “Arte y Patrimonio Moderno y Contemporáneo”. Trabaja en Arquitectura y Urbanismo histórico porque le apasiona conocer las ciudades y recorrerlas de forma transversal en el tiempo y el espacio, los paisajes culturales, la conservación y tutela del patrimonio, y lo que ha ayudado su experiencia como directora científica del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida durante ocho años. Subraya positivamente que la investigación en Humanidades es cada vez más interdisciplinar y transversal, y aboga por la necesidad de aumentar la proyección de las Humanidades en el mundo empresarial y laboral donde prima la productividad económica a corto plazo.
Ahora su grupo está llevando a cabo un proyecto que comprende micro-investigaciones de temas que integran una visión territorial, la de los paisajes culturales entre el Tajo y el Guadiana en Extremadura. Para la investigadora, Extremadura se enfrenta a diversos retos en la gestión del patrimonio artístico y cultural, y se debería ampliar el concepto del patrimonio cultural con los criterios actuales y su inserción con el patrimonio natural. Asimismo, destaca que para mejorar la conservación de nuestro patrimonio es necesario conocer, catalogar, documentar, todos los rincones de nuestra región, con equipos interdisciplinares de expertos.
Desde su infancia el arte siempre ha estado presente en su vida, ¿qué es el arte para usted y qué valores aporta?
Para mí vivir en un mundo de artistas era algo habitual, mis padres dibujaban y pintaban diariamente, mi hermano Rafael también y las referencias de mi abuelo Salvador Bartolozzi eran continuas pues de pequeña leíamos sus cuentos de Pinocho y Chapete, veíamos sus ilustraciones en la Esfera y Blanco y Negro, etc. Otros amigos de mis padres que eran artistas venían a casa y cuando viajábamos con ellos lo primero que hacíamos era visitar iglesias con legado artístico e ir a los museos.
El arte es una manera de percibir y entender aspectos de la vida que tienen relación con la capacidad creativa del hombre. Es sentirse dentro de una memoria colectiva con grandes realizaciones que nos hacen disfrutar y emocionar. Es trascender de la naturaleza animal a la naturaleza humana gracias a la sensibilidad y grandeza de los artistas y sus contribuciones estéticas. Aporta emoción, valores humanistas, complicidades intelectuales, disfrute de su originalidad y belleza, y de ser a veces vehículo de comunión con la naturaleza.
¿Cómo ha transmitido el amor al arte a sus hijos?
Tanto mi marido como yo somos entusiastas del arte y la cultura en general, especialmente la música (mi marido toca el piano a diario como hobby) y las artes plásticas, así como la arquitectura y la ingeniería. Mis hijos aparte de sus carreras técnicas han estudiado piano y clarinete; han vivido la referencia de mi familia a través de los dibujos y cuadros que cuelgan en las paredes de nuestra casa y de la experiencia de haber disfrutado de mi madre durante muchos años de su infancia y adolescencia; han ido a exposiciones desde pequeños y han viajado con nosotros viendo ciudades y museos o escuchando conciertos. También les gusta mucho el cine.
¿La enseñanza artística es suficiente en la escuela? ¿Vivimos en un mundo cada vez más “deshumanizado” desde un punto de vista artístico?
Sin duda pienso que la enseñanza artística es insuficiente en la escuela, como de otras materias humanísticas. Vivimos en un mundo cuyas referencias culturales son en parte distintas a las que consideramos relevantes en la tradición del arte y la música. Nuestros jóvenes en España se alejan de los valores de la cultura clásica, lo cual me parece un error pues los grandes autores como Vermeer o Juan Sebastián Bach, Gustav Klimt, Le Corbussier, Picasso o Alfred Hitchcock, siempre serán pilares fundamentales de nuestra civilización. Pero, al mismo tiempo, aun sintiéndose muy modernos, solamente unos pocos valoran el arte contemporáneo pues no acuden de forma habitual a las galerías, los centros de arte o los auditorios, y hasta sienten rechazo hacia él. Muchos prefieren una cultura de rápido consumo y ocio transgresor. Por mi parte, pienso que lo importante es transmitir a los jóvenes curiosidad intelectual en el mejor sentido de la palabra, lo demás vendrá dado a través de los descubrimientos que el conocimiento les proporcione tanto a través de una imaginación sensible como de una buena educación cultural encaminada a una estética social de valores universales comprometidos con la sociedad actual a pesar de la real incertidumbre propia de la etapa juvenil.
Desde muchos ámbitos científicos se reivindica que la ciencia también es cultura, en el sentido de que es reprochable socialmente desconocer grandes escritores o pintores y, sin embargo, no lo es tanto carecer de conocimientos básicos en biología, física o ignorar el nombre de grandes científicos de la historia. ¿Qué opina de esto?
Sin duda la ciencia es parte fundamental de nuestra cultura y muestra la búsqueda y capacidad del hombre para entender el mundo que nos rodea. Su conocimiento es muy importante y nos puede hacer disfrutar cuando profundizamos en ella aún no siendo expertos. Recientemente he visitado el Museo de Historia Natural de Viena y me ha entusiasmado tanto contemplar la Venus de Willendorf, como la colección de minerales que tiene, así como ver instalaciones con comentarios de elementos de astronomía o biología.
¿Conocemos bien nuestro patrimonio arquitectónico en Extremadura?
Llevamos muchos años estudiando el patrimonio arquitectónico desde la Universidad principalmente y otros espacios como el centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Junta de Extremadura. Escribimos libros sobre su historia, su conservación y restauración, pero aún queda mucho por analizar a la luz de nuevas metodologías y herramientas interdisciplinares, gracias a proyectos I+D+i, se está avanzando mucho. Y sobre todo si se trata del más contemporáneo su valoración es aún muy deficiente.
¿Cómo definiría la investigación en humanidades? ¿Cree que está valorada socialmente como es debido?
Pienso que no. Lamentablemente el conocimiento de las humanidades y las ciencias sociales no se valora bien en relación con un mundo donde prima la productividad económica a corto plazo y se consideran más prácticas las tecnologías en sí mismas. Pero si miramos al futuro es necesario conocer para comprender mejor al propio ser humano y sus logros. Por otro lado, la proyección en el mundo empresarial y laboral es insuficiente, cuando el arte, la música, el patrimonio cultural y natural con sus raíces en la tradición y la proyección social innovadora, son vías de recursos para el progreso y la innovación crítica, además de vías profesionales como el turismo de calidad. Lo importante es entender que la investigación en humanidades es cada vez más interdisciplinar y transversal, pero hay que saber divulgar estas investigaciones, que lleguen a través de conferencias y libros, jornadas, etc. a los ciudadanos.
¿Considera que la relación entre el mundo artístico y universitario es cercana o es preciso trabajar más estrechamente?
Deberíamos trabajar más estrechamente aunque lo hacemos a veces, gracias a las visitas a los museos y centros de arte de la región o foráneas en Madrid, Sevilla, Béjar, etc. Los alumnos de nuestro grado de Arte y Patrimonio Histórico-Artístico hacen prácticas en museos, fundaciones culturales y otros organismos. Durante el curso del Máster en Investigación visitamos talleres de artistas y fomentamos que nuestros alumnos acudan a las exposiciones y performances que se desarrollan en la ciudad o en el cercano Museo Vostell Malpartida. Este año intentamos que los alumnos se impliquen en el futuro proyecto de Cáceres Abierto que se celebrará el próximo mes de junio en nuestra ciudad. Pero considero que la relación en otras disciplinas de la Universidad es muy escasa. La asistencia de estudiantes de otras carreras de letras y ciencias en conciertos, museos, conferencias de tema humanístico es escasísima, a pesar de la labor del vicerrectorado de Extensión Universitaria.
¿Cuáles son los objetivos de sus líneas de investigación principales? ¿Siente debilidad por alguna línea en concreto?
Trabajo en varias líneas, la arquitectura y el urbanismo es una de ellas pues siempre he intentado conocer las ciudades y recorrerlas de forma transversal en el tiempo y el espacio, los paisajes culturales, la conservación y tutela del patrimonio (el haber sido durante 8 años la directora científica del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida ha sido una experiencia que me ha marcado), y en especial el arte contemporáneo, el conocimiento directo de artistas como Wolf Vostell, y el inicio del proyecto del Museo Vostell Malpartida, Narbón, Luis Canelo, u otros artistas más jóvenes como Emilio Gañán, Andrés Talavero, etc. están siempre muy presentes en mis investigaciones, sin olvidar un tema recurrente relacionado con el mundo del cartel y la ilustración sobre todos de los años del Art Nouveau a la segunda posguerra donde además se encuentra la figura de mi propio abuelo sobre el que tengo una mirada continuada.
¿Qué destaca del nuevo proyecto que acaba de comenzar sobre la patrimonialización de un territorio: conformación de paisajes culturales entre el Tajo y el Guadiana en Extremadura? ¿Qué resultados esperan de este proyecto?
El proyecto es ya el segundo que realizamos nuestro grupo de investigación ARPACUR y otros investigadores invitados de otras universidades. Primero trabajamos sobre el territorio en torno al Tajo y ahora seguimos bajando por la región. Hemos publicado ya dos libros colectivos y está en prensa el tercero, además de nuestra participación en congresos, realización de seminarios y redacción de artículos y libros. Sus objetivos son hacer micro-investigaciones de temas que integramos en una visión territorial, la de los paisajes culturales. Investigamos sobre los Paisajes de la Ingeniería, los Paisajes urbanos en el medio rural con el análisis en particular de los Pueblos de Colonización, tanto en su urbanismo y arquitectura como las artes plásticas, el Paisaje y las explotaciones agropecuarias, el Paisaje de las Creencias (ermitas, conventos) y el Arte contemporáneo, naturaleza y sociedad, con especial referencia al Museo Vostell Malpartida y a obras de artes visuales inspiradas en estos paisajes y el agua.
¿Cuál es el reto (o retos) más importante para Extremadura en gestión del patrimonio artístico y cultural?
En primer lugar, ampliar el concepto del patrimonio cultural con los criterios actuales en los que debemos ir de lo territorial, a lo urbanístico y a los bienes individuales; del patrimonio cultural a su inserción en el patrimonio natural. En segundo lugar, insistir en la necesidad de conocer, catalogar, documentar, todos los rincones de nuestra región, con equipos interdisciplinares de expertos no solamente para valorar mejor el patrimonio, sino también para mantenerlo, pues una excavación, la restauración de un monumento, la apertura de un centro de arte, debe tener planificada, en la medida de lo posible, su conservación en el tiempo. Además, es necesaria una continua pedagogía que comience desde la educación infantil y llegue tanto a los responsables de bienes en instituciones como ayuntamientos, y a la sociedad civil en general, informando de que en cada lugar hay valores propios por su identidad histórica-artística. Así, una fuente o un pilón realizado al construir un pueblo de colonización es un elemento de identificación que se debe conservar utilizándola de nuevo; una casa solariega con fachadas e interiores singulares contiene toda una forma de vida y de construcción arquitectónica desde el pasado, que podemos adaptar a los usos actuales. Extremadura necesita valorar las distintas épocas de su patrimonio artístico, tanto del pasado más lejano como del Movimiento Moderno, y de lo contemporáneo, más difícil de asimilar. Y proponer su disfrute, tanto en el ámbito local como para recurso turístico.