«Del maridaje de empresa y universidad en investigación y transferencia depende el futuro»
El presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), Segundo Píriz, reivindica el papel estratégico de la universidad en la sociedad y reconoce los cambios que necesita la institución: desde impulsar investigación y transferencia hasta la mayor internacionalización
Fuente: ABC
Tenemos universidades del siglo XX y empresas que compiten en un entorno del siglo XXI. Con la revolución digital, la realidad cambia muy deprisa. ¿Cuáles son los retos que se plantean a la universidad?
La universidad tiene que acompañar y liderar a la sociedad en un mundo global y basado en la tecnología de la información, que está cambiando la forma de relacionarnos, de viajar, de comprar… Tenemos que ser la punta de lanza de los cambios, en la docencia y en la generación del conocimiento. Hay que hacer hincapié en otra misión: la transferencia de resultados de la investigación a la sociedad. El futuro de la universidad pasa por estar más comprometida, por generar conocimiento que sirva para crear puestos de trabajo, tener entidades más competitivas y crear empresas basadas en el conocimiento.
¿Hay que invertir más o mejor?
Es una cultura de país, todos debemos estar implicados. En 2002 el Consejo Europeo acordó que la Unión Europea tenía que liderar el crecimiento económico. Y para ello había que invertir, al menos, el 3% del PIB en investigación y transferencia. Aquí no hemos hecho los deberes. En España estamos en el 1,24%. Es evidente que en los últimos cinco años la inversión en investigación ha caído: un 21% la pública y un 47% la privada. Ese no es el camino. Aún así, España tiene un buen nivel en investigación: Somos la décima potencia mundial tanto en cantidad como en calidad de trabajos publicados. Y dos tercios de esas publicaciones se hacen en las universidades.
Donde está nuestro talón de Aquiles es en la transferencia. La producción científica de España es el 3,4% de la producción mundial, pero la de patentes no llega al 1%. Tenemos que hacer hincapié en que parte de la investigación se pueda patentar y transferir. La colaboración imprescindible entre la universidad y la empresa es la única forma de incrementar el número de patentes y que estas sirvan para generar valor añadido y para hacer empresas más competitivas.
¿Es partidario de atraer la financiación privada a la universidad?
Es fundamental. El Consejo de Gobierno de 2002 decía que del 3% del PIB que había que invertir en investigación, dos tercios debían venir de la parte privada y un tercio de la pública. Del maridaje de empresas y universidades en investigación y transferencia depende en gran parte el futuro de este país. En los últimos cinco años la inversión que más ha caído es la privada. Hay que reclamar esa inversión porque es la mejor forma de comprometer a empresas y universidades.
El profesor siempre ha jugado un papel muy importante en la universidad. ¿Cambiará su rol en el siglo XXI?
Hay que aplaudir el trabajo de los docentes en este país. Tenemos en torno a 110.000 profesores universitarios. La inmensa mayoría ha hecho un gran esfuerzo en la adaptación al Espacio Europeo de Educacion Superior, en una situación económica muy complicada. Los resultados son extraordinarios, la tasa de rendimiento académico ha aumentado más de 20 puntos porcenturales en la universidad española y esto se debe en gran parte a ellos.
Pero ante los cambios tecnológicos quizá tengan que asumir otros retos…
De esos 110.000 profesores, un 20% tiene contrato con empresas. Hoy la universidad es una parte importante de la i+D+I de este país. Hay un nivel de investigación y docencia muy alto, son personas que utilizan tecnología de última generación en su laboratorio, con una mentalidad abierta, espíritu de superación diario y ganas de aprender todos los días. Son buenos profesores y no tendrán problema en liderar lo que necesita la sociedad española. Lo que no se está produciendo es el relevo generacional. Hay que facilitar la entrada de profesores jóvenes en la universidad e ir preparando un relevo natural y progresivo.
También se critica la endogamia del cuerpo docente. Muchos trabajan en el mismo centro donde estudiaron…
La movilidad, por definición, es positiva y hay que potenciarla, no solo de profesores sino de los propios estudiantes. Lo que hay que buscar es la calidad y el compromiso. Me da igual si el profesor de la Complutense ha estudiado en la Complutense o en Alicante, lo importante es que sea un buen profesor, que investigue, que transfiera, que tenga compromiso con sus estudiantes, que atienda su labor diaria en la universidad.
¿Resultaría positivo flexibilizar las condiciones de contratación de los profesores para elegir a los mejores?
Al Ministerio le estamos pidiendo que elimine las tasas de reposición. A las universidades se les debería dejar autonomía y flexibilidad, sobre la base de la transparencia y rendición de cuentas, para contratar a los profesores que cada universidad estime que es lo mejor para cada centro en ese momento.
Siempre se habla que la universidad tiene una asignatura pendiente: su internacionalización. ¿Cómo se puede atraer a los alumnos extranjeros?
A nivel de máster y doctorado tenemos un número equiparable de alumnos al resto de los países de nuestro entorno. A nivel de grado tenemos una paradoja: somos el primer receptor de estudiantes Erasmus de Europa, con unos 40.000 que llegan cada año. Pero de los que vienen a hacer el grado completo tenemos el porcetaje más bajo. Hemos hablado con el Ministerio de Exteriores, para trabajar con las embajadas y difundir nuestras universidades en el exterior. También habría que facilitar los trámites para que los estudiantes extranjeros vengan.
La subida de tasas universitarias no está dando las mismas garantías para todos los estudiantes en el territorio nacional. ¿No cree que según donde vivas tienes unas oportunidades u otras?
No es razonable que en el mismo país un ciudadano de una comunidad autónoma pague hasta tres veces más por la misma matrícula que en otra región. Nada justifica una diferencia de tres a uno. Desde CRUE defendemos que bajen el precio de los grados, postgrados y doctorados para que todo el que quiera ir a la universidad pueda hacerlo. Y que la comunidad ponga el dinero que dejó de poner en los momentos de crisis, porque si no lo hace la universidad ingresará menos, tendrá problemas para mantener su estructura, bajará la calidad de la enseñanza y no podremos prestar nuestro servicio (docencia, investigación y transferancia) como creemos que tenemos que hacerlo, con una calidad para nuestros alumnos.